domingo, 10 de abril de 2016

¿Qué es Primavera Caliente?

¿Alguna vez vieron una telenovela e imaginaron qué pasaba entre los actores entre bambalinas?
Yo sí, y este cuento es producto de esa fantasía.


¿Qué es Primavera Caliente?


Primavera Caliente es una pequeña ciudad asentada en un valle, que por su geografía no hay grandes diferencias entre verano e invierno, por lo tanto hay flores todo el año. Por estar un poco alejados de otras ciudades, la policía, el hospital y la política de la cuidad tiene bastante autonomía, lo que hace que las historias sean más intensas.

La economía de Primavera Caliente se basa en el turismo, ya que tiene aguas termales que atraen turistas todo el año. El dueño del gran hotel es "el malo", un hombre ambicioso, que solo le importa el dinero y el poder, mientras que el dueño del hospital es "el bueno", altruísta e igual de poderoso que el malo, es el único que le puede hacer frente.

Primavera Caliente - Cuento

            Mi novio estaba en mi casa, en mi cuarto, en mi cama, era un sueño hecho realidad. Pero él no se sentía feliz como yo.
           Sus padres no aceptaban que tenían un hijo gay, peleó con ellos y decidió huir. Afortunadamente huyó hacia mi casa. Anoche hablamos con mi papá y mi mamá y permitieron que Jordán se quedara durmiendo conmigo, y en ese momento estaban reunidos en la sala con sus padres para llegar a un acuerdo.
            Jordán estaba nervioso. La relajación después del sexo le dura un par de horas y luego empieza a comerse las uñas otra vez. Le tomé las manos y él las retiró de un tirón, se levantó de la cama y me dio la espalda.
            —¡Cómo puedes pensar en sexo en un momento así! —me grita.
            —Yo no estaba pensando en sexo… —dije sonando tan inocente como podía.
            —¡Por supuesto que sí! ¡Siempre piensas en sexo!
            —Eso es porque tengo el novio más guapo de Primavera Caliente. —Sonreí sin simular mi intento de seducción.

jueves, 17 de marzo de 2016

Mi primer novela

Compañeros es mi primer novela. El primer borrador lo escribí en 2012, y desde allí le hice varios cambios, que mejoraron la lectura y se acercaba más a lo que quise expresar.

Viví toda la vida siendo "heterosexual", porque eso era lo que se esperaba de mí, mi familia, mi Iglesia, mi comunidad. Pero llegó un momento que tuve que reconocer que había una parte de mí que estaba profundamente en el armario y estaba deseoso de salir. Ese hombre gay que comparte mi cuerpo y me cuenta de sus ilusiones, sus intereses.

Saqué a mi hombre gay del armario, primero a mi cónyuge (creo que ese fue el fin de mi matrimonio). Salí con mi obispo y mis hijas luego.

La novela es el fruto de mi recorrido, de mis dudas, de aceptar las consecuencias de mis acciones con los ojos bien abiertos. Parte de mi familia se quedó conmigo. Otros no me hablan. He perdido amigos, pero he encontrado otros. Espero, un día, encontrar una pareja que acepte todas las facetas de mi persona mejor que mi ex.

domingo, 13 de marzo de 2016

Los sueños no son solo cosas de niños


Cuando éramos niños pensábamos que los adultos eran como Superman. Pensábamos que podían hacer cualquier cosa. Solíamos decir: Cuando sea grande yo voy a ser... (insertar deseo). Esta etapa de la niñez era una de las más simples y energizantes formas de jugar. Soñar con ser astronautas, magos, trapecistas, corredores de autos, etc.

Cuando fuimos creciendo empezamos a darnos cuenta de que no era así. Y para muchos fue como darse la cabeza contra el asfalto. Dejamos de soñar. Dejamos de intentar conseguir que nuestros sueños se hagan realidad.

lunes, 8 de febrero de 2016

¿Por qué escribí "El dios de barro"?




Cuando escribí este cuento estaba enojado.

Enojado con la estupidez de las personas que se inventan un dios y lo ponen como si fuera superior a las personas y discriminan, persiguen y atormentan a los demás sólo porque no están dispuestas a creer en su dios.

Ahora, en el cuento queda claro que el dios de barro tiene el valor de una linda escultura que se derrite con la lluvia, así como los castillos de arena que hacemos cuando vamos a la playa. Pero es más difícil darse cuenta cuando se trata de nuestras propias creencias. No estoy tratando de menospreciar ninguna religión, pero en algún punto todas ponen sus prácticas y rituales por encima de las personas.