domingo, 13 de marzo de 2016

Los sueños no son solo cosas de niños


Cuando éramos niños pensábamos que los adultos eran como Superman. Pensábamos que podían hacer cualquier cosa. Solíamos decir: Cuando sea grande yo voy a ser... (insertar deseo). Esta etapa de la niñez era una de las más simples y energizantes formas de jugar. Soñar con ser astronautas, magos, trapecistas, corredores de autos, etc.

Cuando fuimos creciendo empezamos a darnos cuenta de que no era así. Y para muchos fue como darse la cabeza contra el asfalto. Dejamos de soñar. Dejamos de intentar conseguir que nuestros sueños se hagan realidad.


Tú puedes decirme: Pero es cierto que sólo hay un Neil Amstrong, solo un William Shakespeare, solo un Pablo Picasso. Por más que lo intente nunca seré el primer hombre en la Luna, nunca revolucionaré la literatura o el mundo de las artes plásticas.

Y yo tendría que decirte: Tienes razón.

Pero yo quiero decirte: No se trata de llegar a la Luna primero, ni de ser revolucionario, sino que se trata de ser feliz, de sonreír y de hacer felices a las personas que nos aman. Además quién dice, quizá en el futuro se te recuerde como un revolucionario.

Por eso digo: Nunca es tarde, mientras tengas vida puedes hacer cosas que te hagan feliz. Yo quería bailar ballet, se lo pedí a mi mamá cuando tenía unos cuatro años y ella no quiso. Yo me quedé resentido con ella por un tiempo. Luego fue demasiado tarde para mí empezar porque físicamente es muy exigente, ya no estoy apto. Pero puedo bailar tango. Un día les mostraré un video mío bailando.



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